Jennie Hallestam trabajaba en unos grandes almacenes de Estocolmo cuando decidió cambiar su atuendo profesional y dedicarse a un trabajo totalmente diferente.
“Disfrutaba mi trabajo como gerente de tienda, y me agradaban las personas y vestirme con prendas femeninas cada día, pero no era una carrera que yo hubiera planficado para mí”, dice Jennie. “Entonces, un día desperté y decidí que quería probar algo diferente. Quería hacer cosas con mis propias manos”.
Jennie Hallestam trabajaba en unos grandes almacenes de Estocolmo cuando decidió cambiar su atuendo profesional y dedicarse a un trabajo totalmente diferente.
“Disfrutaba mi trabajo como gerente de tienda, y me agradaban las personas y vestirme con prendas femeninas cada día, pero no era una carrera que yo hubiera planficado para mí”, dice Jennie. “Entonces, un día desperté y decidí que quería probar algo diferente. Quería hacer cosas con mis propias manos”.
Jennie Hallestam trabajaba en unos grandes almacenes de Estocolmo cuando decidió cambiar su atuendo profesional y dedicarse a un trabajo totalmente diferente.
“Disfrutaba mi trabajo como gerente de tienda, y me agradaban las personas y vestirme con prendas femeninas cada día, pero no era una carrera que yo hubiera planficado para mí”, dice Jennie. “Entonces, un día desperté y decidí que quería probar algo diferente. Quería hacer cosas con mis propias manos”.
Jennyes parte de una tendencia mundial todavía menor pero creciente. Por ejemplo, la cantidad de mujeres soldadoras en los Estados Unidos creció un 2 % durante la década pasada, según la Oficina de Mujeres del Departamento del Trabajo de los Estados Unidos.
“Sentía que soldar era lo adecuado para mí”, dice Jennie.
Después de obtener diplomas de soldadora internacional y especialista en soldadura internacional, Jennie aceptó un trabajo en Estocolmo como instructora de soldadura de estudiantes de secundaria e inmigrantes provenientes de todas partes del mundo, desde Ghana a Siria. Si al comienzo se sorprendieron por su género, ella rápidamente los convenció de sus conocimientos sobre equipo de protección personal.
Jennyes parte de una tendencia mundial todavía menor pero creciente. Por ejemplo, la cantidad de mujeres soldadoras en los Estados Unidos creció un 2 % durante la década pasada, según la Oficina de Mujeres del Departamento del Trabajo de los Estados Unidos.
“Sentía que soldar era lo adecuado para mí”, dice Jennie.
Después de obtener diplomas de soldadora internacional y especialista en soldadura internacional, Jennie aceptó un trabajo en Estocolmo como instructora de soldadura de estudiantes de secundaria e inmigrantes provenientes de todas partes del mundo, desde Ghana a Siria. Si al comienzo se sorprendieron por su género, ella rápidamente los convenció de sus conocimientos sobre equipo de protección personal.
Jennyes parte de una tendencia mundial todavía menor pero creciente. Por ejemplo, la cantidad de mujeres soldadoras en los Estados Unidos creció un 2 % durante la década pasada, según la Oficina de Mujeres del Departamento del Trabajo de los Estados Unidos.
“Sentía que soldar era lo adecuado para mí”, dice Jennie.
Después de obtener diplomas de soldadora internacional y especialista en soldadura internacional, Jennie aceptó un trabajo en Estocolmo como instructora de soldadura de estudiantes de secundaria e inmigrantes provenientes de todas partes del mundo, desde Ghana a Siria. Si al comienzo se sorprendieron por su género, ella rápidamente los convenció de sus conocimientos sobre equipo de protección personal.
"Cuando se dieron cuenta de que tomábamos la seguridad en serio, ellos se mostraron agradecidos. Siempre usamos guantes, ropa y cascos de seguridad, y generalmente el primer día es de grandes ajustes para los nuevos alumnos".
"Cuando se dieron cuenta de que tomábamos la seguridad en serio, ellos se mostraron agradecidos. Siempre usamos guantes, ropa y cascos de seguridad, y generalmente el primer día es de grandes ajustes para los nuevos alumnos".
"Cuando se dieron cuenta de que tomábamos la seguridad en serio, ellos se mostraron agradecidos. Siempre usamos guantes, ropa y cascos de seguridad, y generalmente el primer día es de grandes ajustes para los nuevos alumnos".
JENNIE HELLESTAM
Maestra de soldadura, Estocolmo, Suecia